Llevo dos días escuchando, viendo y leyendo la resaca del bochorno de Montjuïc. Todos estamos de acuerdo en que Boixos Nois fueron al Olímpic a provocar el miedo, a rozar la tragedia, y a que Barcelona entera lleve dos días ardiendo, como la antigua Roma. Boixos son culpables, pero no los únicos. Lejos de que mi ánimo parezca que me decanto por unos u otros, la horda nómada culé subió a la montaña mágica escoltada por las fuerzas de seguridad, los Mossos d'Esquadra. Durante el trayecto custodiado de los 300 ultras, se encendieron bengalas. A la llegada al Estadi Olímpic, fueron cacheados según fuentes blanquiazules, por la seguridad privada contratada por el RCD Espanyol. Para mi ya está claro el fallo.
Dentro del campo, se concentraron tres mil aficionados, ultras y no ultras, ubicados en una zona alejada, pero no al alcance de unas bengalas que ya mostraron durante el camino. Las bengalas miden un palmo, son difíciles de ocultar, da igual en qué lugar. O sea, que menudo cacheo les hicieron.
Cuando digo que habían Boixos y otros aficionados, justifico que si el Barça gana un derbi en el último minuto en campo rival, ¿ acaso no van a ir a celebrar con su público, donde se supone que hay 2995 personas que no han tirado nada...? Cayeron 5 bengalas, pero no creo que los 2995 (3000-5) le ayudasen a arquear el brazo a los valientes para que las lanzasen. Si alguien de vosotros ha jugado a fútbol o cualquier otro deporte, profesional o amateur, sabréis que no os enteráis de qué cosas pasan fuera, sabéis que hay fuego, pero no quién ha pegado primero, ¿lo entendéis? No comparto la acusación espanyolista hacia los jugadores culés de ir a celebrar una victoria con su afición, como hace cualquier equipo.
¿Acaso el Espanyol no quiere quitarse el muerto de encima con el marrón que le va a caer por...?: a) no cachear bien a los aficionados que acceden a su recinto. b) otros aficionados del Espanyol embistieron la ¿barandilla? y accedieron al tartán de la pista de atletismo, y no precisamente los que huían de las bengalas, sino los radicales. c) Dos espontáneos llegaron al terreno de juego incluso.
No creo que sea conciliador acusar al Barcelona de ser responsable de los Boixos Nois. Sabemos que Laporta los ha expulsado del Camp Nou -una actitud que le costó recibir amenazas de muerte-. Pero no puede ser responsable de qué hacen fuera del estadio azulgrana. Pedro Tomás, director general del Espanyol casi llega a las manos con Piqué en la sala de prensa, ¿qué pinta un directivo provocando a un jugador haciendo declaraciones acusantes a un metro de distancia del defensa blaugrana? Acabaremos viendo a dirigentes con corbata y con espinilleras bajos sus calcetines ejecutivos.
Lo que se vio el sábado, y ayer domingo es indigno de una ciudad que siempre ha sido modélica si hablamos de deporte.
Es doloroso perder en esas circunstancias, de penalty dudoso, en casa, contra el Barça y en el último minuto, y es doloroso recordar que en 1992 ya hubo una víctima en Sarrià, en otro derbi y también por una bengala. Pero no justifica que tengan razón ni que puedan ser los jueces acusadores y arremetan contra los deportistas rivales, por celebrar goles, contra el Barcelona, donde hace años que nadie les puede recordar incidentes en su estadio. Se les han visto las vergüenzas y quieren compartir ahora las responsabilidades.
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